Con eso vas a pasar mucha hambre» me dijo mi padre cuando a los 14 años le comenté que quería ser escritor, y me puso a trabajar de aprendiz en una imprenta.

Y añadió: “Para que aprendas el mundo de los libros desde abajo y porque la economía familiar no se puede permitir un estudiante que suspende”.

La experiencia fue una gran lección que me hizo continuar mis estudios simultaneándolos con los trabajos más variopintos para obtener ingresos. Como peón de obra, vendedor de libros, reparador de radios, cobrador de recibos, extra de cine o técnico en una central nuclear.

Una vez obtuve el título de Ingeniero Industrial mi vida dio un giro radical y me dediqué al mundo de la empresa. Estudié un Máster en empresariales al tiempo que trabajaba en grandes corporaciones donde con tesón y esfuerzo progresé hasta ocupar puestos de gran responsabilidad ejecutiva en Estados Unidos y varios países de Europa.

Sin embargo, la necesidad de escribir que sentía desde muy joven se impuso y en 2000 publiqué mi primer libro Los Muros de Jericó. El siguiente fue en el 2003 Presagio, ambos con buena aceptación.

El Anillo en 2005, finalista del premio de Novela histórica, fue un gran éxito y se tradujo y publicó en más de 20 idiomas. Y La Reina Oculta en 2007, Premio de novela histórica Alfonso X, también viajó internacionalmente.

En el año 2008 decidí dar un nuevo giro a mi vida y abandoné mi actividad profesional en grandes multinacionales para dedicarme exclusivamente a lo que siempre había sido mi vocación: la escritura.

En 2011 publiqué Prométeme que serás libre y Tiempo de Cenizas en 2013. Luego pasaron algunos años hasta que terminé mi anterior novela, Canción de Sangre y Oro que, para mi gran satisfacción, fue ganadora del Premio de novela Fernando Lara 2018.

Y en febrero del 2021 aparece en las librerías mi última novela La reina sola.

Si todo esto me lo hubieran contado a los catorce años, no lo habría creído.